Orkatz Orrantia Albizu & Mikel Orrantia Diez
ORRANTIA.
Asesores de Comunicación (icg2025, S.A.)
Bilbao y
alrededores, España. Relaciones públicas y comunicaciones
Te agradezco tu interés, que comparto. Para lo que pueda
serte profesionalmente útil.
¿Lo que hacemos?:
Estrategias y ejecución de planes de comunicación
corporativa, defensa de reputación e imagen, y apoyo de acompañamiento en
nuevas aperturas de empresas y negocios. Diseño de comunicación dirigido a tus
públicos objetivo y controlando efectos retorno e impactos sobre terceros. Desde las ciencias sociales y la experiencia en el
enfrentamiento y superación de conflictos, practicamos la comunicación
corporativa y personal. Varios cientos de casos empresariales diversos,
resueltos a satisfacción de nuestros clientes, en mas de 30 años de actividad
profesional lo atestiguan. Mi objetivo y satisfacción principal es ayudar a mis
clientes de forma próxima y personalizada y buscar, encontrar y atacar con
ellos de la mano los problemas y resolverlos satisfactoriamente.
Sigue bien.
Orkatz & Mikel
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Orrantia. Asesores de Comunicación ha
compartido unenlace.
Vista de la Ría de Urdaibai (Reserva de la Biosfera) Desde Mundaka (Bizkaia - Euskadi) hacia el interior |
Es mas que
discutible la afirmación del autor del articulo en cuestión de que cualquier
notoriedad es positiva para la marca. Únicamente esas marcas y personas que
viven exclusivamente de su presencia mediática y de alcanzar la máxima notor
iedad
posible, pueden beneficiarse de no importa que relato sobre ellas en los
medios, incluidos los relatos negativos o insultantes: a más notoriedad, mas
audiencias y mas ingresos... Las empresas y marcas serias viven de sus públicos
objetivos, y no de 'todo el mundo', por ello deben cuidar con suma atención lo
que de su reputación se dice y comenta en los Media. La buena imagen y la buena
reputación de marca y/o empresa se cuida controlando estrictamente la relación
entre notoriedad la justa y necesaria, e la imagen positiva adecuadamente
trabajada también en los Media.
Cordialmente
Orkatz & Mikel. ORRANTIA. Asesores de Comunicación
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http://www.adlatina.com/marketing/¿las-celebridades-crecen-con-los-escándalos?goback=%2Egde_757207_member_182527029#
EL ESPACIO DE ALBERTO BORRINI
Oleo/lienzo. Maite Albizu (2012). Ría de Bilbao hacía el Serantes |
El columnista
de adlatina.com repasa las relaciones de las marcas con diversas celebridades y
analiza hasta qué punto “encontrar el endorser adecuado, capaz de identificarse
con un producto y su instancia temporal, requiere tanto o más cuidado que
cualquier otra salida creativa supuestamente más elaborada”.
Borrini: “Hoy son varias las marcas que ya no
apuestan a una sola persona famosa, sino a varias”.
Uno de los recursos que mejor
definen a la publicidad actual es el empleo de celebridades, tan extendido
últimamente que alienta la sospecha de atentar contra uno de los objetivos que
persigue, la diferenciación y por ende la efectividad de avisos y campañas.
Y no es que su uso, abuso por
momentos, se deba al hecho de ser, al menos en apariencia, uno de los más
fáciles, porque en rigor encontrar el endorser adecuado, capaz de
identificarse con un producto y su instancia temporal, requiere tanto o más
cuidado que cualquier otra salida creativa supuestamente más elaborada, sobre
todo porque las reglas de juego del recurso están cambiando.
Para empezar, a cualquier marca,
por más poderosa que sea, siempre le resulta muy difícil, sino imposible,
controlar totalmente la vida y los actos de la celebridad elegida. Desengaños
tan costosos, en términos de dinero e imagen, como los provocados por Tiger
Woods y Kate Moss a sus auspiciantes, por citar solo a dos de los más
recientes, han puesto en guardia a publicitarios y anunciantes acerca de su
real aporte a las marcas.
Hoy son varias las marcas que ya
no apuestan a una sola persona famosa, sino a varias, cuando no a toda una
constelación, una precaución que encuentra un antecedente antológico en el
jabón Lux, que para respaldar el eslogan de que “99 de cada 100 estrellas” lo
preferían contrató a medio Hollywood.
Hoy, uno de los mejores ejemplos
en este aspecto es la marca de celulares Claro, que se rodeó de ídolos del
fútbol, estrellas de la televisión y famosos de la farándula que se van
turnando en la pantalla, de modo que la ausencia de cualquiera de ellos, por
las razones del caso, puede pasar inadvertida.
Fresca está aún la tinta de
imprenta derramada por la abrupta caída del último ídolo del ciclismo mundial,
Lance Armstrong, cinco veces campeón del Tour de France, el hombre que además
venció al cáncer y se hizo amigable, y respetable, por sus contribuciones
filantrópicas. Armstrong fue condenado por dopaje y rechazado unánimemente por
la opinión pública. La revista Forbes calculó en más de 100 millones de euros
la pérdida de ingresos pagados por sus patrocinadores, entre ellos la
bicicletas Trek, la cerveza Michelob, la bebida energética FRS, los cascos
Giros y las gafas Oakley.
Sin embargo, el ejemplo más
representativo del poder de las celebridades, incluso de las caídas en
desgracia, lo dio Nike, que después de rasgarse las vestiduras por la
deslealtad de su ídolo tomó la decisión, quizá una de las más difíciles, de
pensarlo dos veces y seguir por el momento vinculada a Armstrong. No porque no
sea conciente de la gravedad de sus faltas, sino porque abandonarlo expondría a
Nike a un costo en imagen, sin entrar a considerar el tiempo y dinero que
demandaría encontrarle un sustituto de igual o parecida categoría. La idea
entonces fue esperar hasta que se cuente con todos los elementos de juicio
necesarios para aclarar la situación del acusado
La imposibilidad de tener
garantías completas del comportamiento de los endorsers, acaba de causar
también un fuerte dolor de cabeza a Dior el año pasado, cuando a uno de sus
diseñadores principales, John Galliano, se le ocurrió proclamar a viva voz “I
love Hitler”, en un café de París. Estaba ebrio, pero igual fue despedido. Pero
exigió también analizar a fondo el divorcio; los asesores de imagen de Dior lo
aprobaron porque entendieron que el incidente, debido al prestigio de la marca,
será olvidado rápidamente.
La única regla, en la relación de
las grandes marcas con sus asociados del deporte, la televisión y la música
popular es que no hay ninguna, opinó el especialista español Miguel Angel
García Vega en un informe reciente. Porque, ¿quién podía prever que la
supermodelo Kate Moss iba a involucrarse en un sonado escándalo por el consumo
de drogas (que le costó la deserción de sus patrocinadores Chanel y
H&M), pero que al final, como consecuencia de la resonancia periodística,
terminaría por volver a la pasarela de la publicidad con el apoyo de marcas tan
poderosas como Louis Vuitton, Calvin Klein y Virgin. El escándalo no solo
“viste a la moda” sino también a los testimonios publicitarios.
La nueva regla de juego fue explicada así
por el agente de Moss: “Toda prensa es buena prensa en el mundo en que
vivimos”. En el nuestro y en el que le tocó vivir hace siglo y medio a Barnum,
el del circo, que cuando solo había diarios decía que el único derroche
que realmente pagaba es el de la tinta de imprenta.
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