La cumbre del clima de París aplaza los
acuerdos al sábado
La Cumbre del Clima de París cierra
con la amenaza de un fracaso. Se espera un acuerdo de mínimos mientras se suceden
los balances acerca de lo conseguido en los últimos años. Para España, el
balance no es positivo. Las empresas van poco más allá de las acciones
publicitarias y el Gobierno contempla cómo el país retrocede en las
clasificaciones de respeto al medio ambiente.
El ministro de Asuntos Exteriores francés y presidente de la
Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático (COP21),
Laurent Fabius, ha anunciado que el proyecto de acuerdo sobre cambio climático
no será presentado este viernes por la tarde, como estaba previsto, sino el
sábado por la mañana, Tras una noche de negociaciones, "presentaré el
texto pero no el viernes por la tarde, como pensaban sino el sábado por la
mañana, durante la mañana, y nosotros podremos entonces tomar la decisión
necesaria".
Las diferencias entre los distintos países que prevén firmar el texto
de la Cumbre del Clima ha provocado que la publicación del mismo se traslade a
este sábado. Pese a estar previsto para este viernes, la presentación del
proyecto de acuerdo se ha prorrogado por las discrepancias por parte de los
países más desarrollados en la financiación para que los más pobres puedan
hacer frente al cambio climático. Unas medidas económicas que esperan ultimar
durante la jornada y que supondrán un paso más allá en favor del medioambiente.
Nueve empleados de la eléctrica Iberdrola han llevado estos días a
París un manifiesto en el que la compañía se
compromete a trabajar contra el calentamiento global. Tiene mérito
porque han portado el documento durante 1.250 kilómetros, desde Bilbao –sede de
la eléctrica- hasta París, donde se celebra la Cumbre contra el Cambio
Climático COP21. La iniciativa tiene su punto de polémica porque para una buena
parte del sector renovable –sobre todo el fotovoltaico- Iberdrola ha sido clave
en la inspiración regulatoria del Gobierno del PP que ha laminado el sector
fotovoltaico en los últimos años.
Desde el punto de vista de los más críticos, la eléctrica que preside
Ignacio Sánchez Galán ilustra la estrategia de un buen número de empresas –no
sólo españolas- y de Gobiernos frente al problema del cambio climático: mucho
ruido, mucha propaganda y pocos compromisos reales.
"A rastras, así han
acudido las empresas y el Gobierno de España a París (la cumbre)" asegura
el que fue el primer director de la Agencia Europea de Medio Ambiente, Domingo
Jiménez Beltrán. "Las empresas energéticas, con alguna excepción, caso de
Acciona, han sido un verdadero desastre para el país" añade "porque
están apalancadas con activos obsoletos, casi tóxicos y sólo han intentado
reaccionar cuando hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) les ha dicho que
tienen que diversificar". Jiménez Beltrán también carga contra el
Gobierno: "sencillamente, durante el segundo Gobierno socialista (de
Rodríguez Zapatero) y con el PP, en industria se ha sentado Unesa (la patronal
eléctrica).
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